miércoles, 9 de julio de 2008
Otra vez
No hay color, no hay verde, no hay azul. Apenas hemos comenzado una labor que ya se extingue. No hay valores, no hay versiones, no hay movimientos en panorámica. El olvido se apropia de todo, y todo es como antes. La situación es de oprobio, de dejadez, de atraso, de transparencia, de pesar. Nos repetimos en este revés buscado y no visto. La lástima nos pasa la factura. El peaje es tan alto que perderemos la cabeza. Las directrices nos ofenderán con sus letargos y con sus letanías. Otra vez estoy entre sombras, y a lo peor me he acostumbrado. Te has despedido entre enfados, respuestas no dadas y distingos con claros y oscuros. Me has recriminado mis faltas, que se han escondido como alma que lleva el diablo. Ya no hay cuentas, ni repasos, ni opiniones, ni ayudas, ni comienzos, ni fines, ni cadenas perpetuas largamente consentidas. Has creído ver una luz y apenas era el brillo lejano de una estrella muerta. No doy más, ni tampoco lo pretendo, ni lo fingí, ni lo afirmé, ni lo disimulé. Soy como soy, el de siempre, y, como siempre, solo. Formaré un club muy particular. Te deseo mucha suerte de todo corazón. Ha ocurrido otra vez.
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