martes, 1 de julio de 2008
Pasamos página
Eres una rosa llena de “espinas”. El mar bravío se te equipara. No hay querer que te llene. Mueres con la desazón y con la querencia en pura ruptura. Me descubro ante ti. Vives como en una cueva de la que no salimos. Maldigo los pensamientos que tuve hacia ti. Pensé que la Luna nos sonreía: no fue así. Nunca debí asumir que fueras mi referente. Te inventé con avisos de bruma que protagonizaron unos títulos que nos colgaron de la pared. Podíamos haber sido amigos. Te nombro incluso en estas pesadillas que se imponen a mi devenir normal. Lo principal ahora es relativo, y paso por muchos sofocos. Hay demasiado peso y demasiado malestar. No estoy para trotes. Espero que la lucha se pare en algún momento. Sabes bien que te consideré. Nunca quise quedarme con ningún laurel. En todo caso, los galardones eran para ti. El susto ha obrado su quehacer. Nos han calumniado. Quise que fueras mi apoyo, y, de manera insinuada, dijiste que iba a ser así. Te comportaste deshonestamente. No pusiste tu corazón. Podía haber sido un placer nuestro encuentro, que ha salido “achuchado” de un enganche que se podría haber evitado. No quisiste, y yo tampoco logré que todo fuera distinto. No has sido decente, no has venido por el camino recto, y nos hemos quedado sin promoción. La tarea no ha sido edificante. Tomé nota, quise deshacer los entuertos, me impuse la obligación de modernizar mis actitudes y aptitudes, mas no salimos adelante. La devoción se devolvió con un tatuaje infectado. Viniste en un barco, y con él te fuiste de noche. Tus besos me derrotaron. Volviste mi existencia a un comienzo doliente, olvidado. Prefiero ignorar el rumbo que ahora he emprendido. No he pedido nada, y tengo más confusión de la que puedo afrontar. No sé si estoy vivo o muerto. Quedo entre llamadas y como un esclavo que no puede superar su yugo. Me embrujaste y me sometiste, y ya estoy cansado. Cuando hago balance, veo que te tengo, que tengo nada. Me da miedo ese amor torcido con el que me has envuelto. Sacaré fuerzas de flaqueza para decirte que se acabó: esto se acabó. He dado mucho para recibir lo que tú sabes a cambio. “Pasaré página”.
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