Buscamos la tranquilidad
de una nueva ocasión
que se prolongue
en el tiempo sin ocaso.
Nos conminamos
a un entendimiento de presencia
sin misivas oponentes.
Queremos un poco
de realidad afectuosa.
Nos distanciamos
de lo variable,
y aguardamos la bendición
de un momento cierto.
Juramos ya un amor
que haremos eterno.
Nos regalaremos tanto placer
en su día
que pensaremos
que todo es un milagro,
o algo así.
Nos explicamos ahora
algunos pensamientos
que recorren los instantes
que fueron encuentros
con enseres azulados
de aplicaciones inmediatas.
Reclamamos la incorporación
al camino de una gloria
que haremos, desde la libertad,
más que infinita.
Nos incorporamos
a la certeza que aminora
los pasos de una huida
que pronto se tornará
en ese amor soñado.
Venimos a este mundo
a ser felices,
y veo en ti que tenemos
una gran oportunidad.
Juan Tomás Frutos.
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